Antes de ir a vendimiar es importante saber si el viñedo tiene las condiciones óptimas para poder recolectar las uvas. Para saberlo se recogen muestras aleatorias de la uva de la finca o fincas en cuestión y se procede a analizarlas para observar la acidez y el grado.

 

Una vez dado el visto bueno por los análisis se decide cuándo ir a vendimiar y, como podréis imaginar, esta temporada es la más especial y dura de todo el año.

Tal y como avanzamos en nuestro post en las redes sociales (Intagram, Facebook, Linkedin...), la campaña de vendimia cada vez empieza más pronto por circunstancias meteorológicas, y por eso, actualmente, empieza a vendimiarse en agosto.

En este mes podemos encontrarnos que durante el día las temperaturas son muy elevadas y, por este motivo, se busca empezar tan pronto como sea posible para evitar las fuertes temperaturas del mediodía. Así pues, cuando empieza a despuntar el sol nos ponemos en marcha dirección a las fincas del Celler para empezar a vendimiar.

Una vez en la finca entregamos el cubo y las tijeras de vendimiar para cada vendimiador y empezamos el trabajo.
 

Ir a vendimiar tiene su encanto, ya que todas las fincas están ubicadas en la comarca de la Terra Alta y, por tanto, el paisaje es único, pero se trata de un trabajo físico que requiere mucho esfuerzo y concentración.

El proceso de cosecha es fácil: hay que cosechar todas aquellas uvas que estén en buenas condiciones, evitando coger uvas que no estén sanas y los carrolls, una pequeña uva que no ha madurado lo suficiente para ser vendimiada.



Tras este proceso, se traslada la uva hasta el Celler y allí es donde comienza la magia.